A partir de los 20 años hay una disminución en la respuesta antioxidante en el cuerpo humano, lo que produce que la piel sea más susceptible a los radicales libres que atacan y dañan las células y el colágeno. A los 30, además, se le suman la disminución de éste último (1% al año aproximadamente) y la renovación celular general. Finalmente, a los 40 años, todos estos procesos de renovación celular se ralentizan muy notablemente: los nutrientes de la epidermis se reducen y la piel pierde dosis de ácido hialurónico. ¿Cuáles son los resultados? La consecuencia es que el cutis tiende a perder el tono uniforme así como su brillo, la apariencia del rostro es de cansancio, aparecen y se marcan más las arrugas y disminuye la capacidad natural de la piel para mantener la función barrera.
El envejecimiento de la piel, por tanto, es algo completamente natural y esperable del ser humano. Por ello, en lucha contra los cánones de la eterna juventud, se ha nacido la tendencia "well-aging". ¿Pero qué significa este término? En palabras de la experta P. de las Heras: “Es aceptar con naturalidad el paso del tiempo, desde una piel sana, bonita y en armonía. En lugar de temer a los cambios, este concepto aboga por abrazarlos cuidando la piel con los tratamientos adecuados para mostrar su mejor versión a cualquier edad”.
Los tratamientos y cosméticos serán los mejores aliados para esta causa, junto con una alimentación y un estilo de vida saludables.